Erase una vez dos hermanos (una niña y un varón). La niña se
llamaba Melina, ella tenía 11 años y su hermano llamado Felipe tenía 6 años.
-¡Hola! yo soy Melina y les voy a contar una historia que
terminé de vivir recién. Nosotros vivíamos en Colonia y fuimos a pasar a
Montevideo las vacaciones, antes de comenzar las clases. En esas vacaciones nos
quedamos en la mansión de nuestros tíos, pero el problema era que al lado nos
encontramos con un lugar muy inesperado……la famosa MANSIÓN MÁGICA Y MISTERIOSA.
Un día, al atardecer, a Felipe le pareció ver un lindo y
tierno perrito en la mansión de al lado. Yo como su hermana mayor tuve que
seguirlo, aunque yo no quería ir, pero era solo por esta vez.
Una vez que entramos, nos dimos cuenta que era un lugar
antiguo pero lindo, no parecía nada mágica ni misteriosa, nuestros tíos nos
contaron que hace 58 años habían visto una sombra muy rara y misteriosa, por
eso nunca nadie había entrado. Aunque mi hermano fue el más valiente, fue el
primero en entrar después de 58 años.
Felipe decidió dirigirse a la primera habitación, nadie
sabía que había adentro, así que entramos y nos dimos cuenta que había otra
puerta que nos llevaba a un gigante laberinto.
Mientras trataba de convencer a mi hermano de que no entráramos, porque nos íbamos a
perder, él ya estaba adentro del laberinto. Habíamos llegado a la mitad del
camino, hasta que de repente se largó una lluvia muy rara y cuando miré para
arriba me di cuenta de que no era cualquier lluvia, era ¡una lluvia de……
Rocklets! Nos detuvimos y nos agarramos un par de Rocklets para el camino.
Cuando llegamos al final del laberinto nos dimos cuenta que tanta lluvia que
había caído había tapado toda la salida, entonces tuvimos que ir nadando en
Rocklets, ¡qué divertido!
Salimos y nos sorprendimos con una nueva puerta que era muy
misteriosa. Llegué muy tarde para decirle a mi hermano que no entrara, vi la
puerta abierta, pero no vi a mi hermano, me lo impedía ver una neblina muy
oscura que casi no se veía nada. Entonces seguí la voz de mi hermano y me llevó
a un mundo lleno de papas fritas.Yo no entendía qué estaba pasando! Todo el
mundo decía que era una casa muy misteriosa, hasta que vi a Felipe salir a un
pasillo, muy pero muy largo, entonces lo seguí porque ya me estaba cansando, le
volví a repetir que no entrara, pero él esta vez me hizo caso. ¡Me sorprendió
mucho!
¿Por qué paraste? -le pregunté- He sido muy valiente pero vi
una sombra muy rara y misteriosa como la que dijeron los tíos -dijo Felipe-¿Qué
sombra? le pregunte- ¡esa de allí al final del pasillo!, me contestó. - No sé
cómo describirla, era alta y sospechosa. Esto me a…asusta y nos fuimos rápido
porque era muy tarde. Además teníamos mucho miedo, pero……todavía queda por
resolver el misterio de la sombra sospechosa ¿no?
CONTINUARÁ...
por Nahiri Keushkerian y Lucía Topalian
muy bueno
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