
Había una vez en 1990 en el barrio Break, nació un joven llamado
“Kroos”, que era muy bueno. Su padre se
llamaba Juan y su madre se llamaba Paulina. Juan su padre era muy exigente con “Kroos”,
le enseñaba a jugar al fútbol, le enseñaba lo básico y de tanto entrenar lo aprendió. A los 4 años su padre lo envió a un club de fútbol
llamado lagartos, ahí el era el más rápido
de todos y era el mejor de su club. A los 8 años, le enviaron una carta para que se uniera a
los red Dogs, otro club de fútbol, ahí se ganó su primera copa con sus compañeros. A los 12 años lo invitaron
a unirse a un cuadro llamado
"Lyons", lo conversó con sus padres para mudarse más cerca del los entrenamientos y al final le dijeron que sí, podemos ir a
mudarnos para que estemos más cerca de los entrenamientos y Kroos le dijo a sus padres: …”gracias los
amo”… así que fueron agarrando sus cosas
y el viaje fue largo, después que
llegaron Kroos tenía un entrenamiento,
terminó el entrenamiento y Kroos fue
para su casa, llegó y su
mamá lo esperaba con una sorpresa, unos championes de
fútbol.
Un día después, un compañero de fútbol, “Alba” compitió a
penales y quien ganaba se llevaba el respeto del grupo, “Alba” le dio el permiso de tirar primero. Al final ganó Kroos por un penalti, después de ganar le aplaudieron y Kroos se sintió muy feliz. Volvió a su casa y su padre lo esperaba
con una gran noticia, para él pero mala para Kroos, le
dijo que le ofrecieron un trabajo en otra país. Al otro día, el padre iba a comprar
entradas y le regalaron tres entradas
por ser el cliente número 1000 y
vieron la obra con Kross y su madre. Un día después empezó el campeonato, jugaron cinco partidos y pasaron a la final y Kroos. Terminó el
partido 1-0 contra Gelim. Lamentablemente cuando todo iba bien le ofrecieron un trabajo a su papá y Kroos se tuvo que ir a Japón con su
familia.
por Lautaro Lucas